
“TODO Y NADA”
A Dios le pedí fuerzas para grandes logros…
Me hizo débil para aprender humildemente a obedecer.
Pedí salud para hacer cosas grandes…
Me dio enfermedad para poder hacer cosas buenas.
Pedí riquezas para poder ser feliz…
Me dio pobreza para poder ser sabio.
Pedí poder para obtener alabanza…
Me dio debilidad para sentir la necesidad de Dios.
Pedí todo para disfrutar la vida…
Me concedió vida para disfrutar de todo.
No recibí nada de lo que pedí…
Pero recibí todo lo que necesitaba.
A pesar de mi mismo, las peticiones que no hice,
me fueron concedidas.
Yo entre los hombres soy el más afortunado, ¿por qué?
Porque después de no pedir nada lo tengo todo.